Aprender a amar

Aprender a amar suena como una falta de espontaneidad, algo construido y no auténtico. ¿El amor no es sentimiento? ¿No es esa cosa que me quema por dentro, que me empuja y me atrae, me mueve con una fuerza imparable e incontrolable? Eso y mucho más.

El amor es una capacidad. Lo encontramos en el núcleo dentro de nosotros, en lo más profundo de nuestro ser. Debe ser nutrido, cuidado, disciplinado, orientado. Como cualquier otra habilidad. Y va de la mano con el crecimiento y la madurez personal, es decir, con la capacidad de mantenerse en pie, con la aceptación de uno mismo.

El amor no es sólo sentimiento, también es voluntad. Y la voluntad es un «músculo» que debe ser entrenado, en primer lugar con uno mismo, conociéndose a sí mismo y tratando de ser auténticamente uno mismo.

En la relación traemos lo que somos: cuanto más ricos somos y más traemos riqueza, más somos libres y más traemos libertad, más hemos aprendido a amar y más seremos capaces de amar.

El amor es un arte. Y como todo arte debe ser aprendido y refinado.

 

Eliana Aloisi Maino

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