La paz es un largo proceso formativo que debe inervar y dar forma, día tras día, a la calidad de nuestras relaciones interpersonales y llegar a la transformación de los corazones.
¿Qué debe hacer cada persona que siente el llamado a construir la paz?
Cultivar relaciones fructíferas y sinceras, recorrer los caminos del perdón y la reconciliación, ser transparentes y fieles a nuestra palabra.
La paz, la verdadera paz, es un regalo de Dios, que se pide sin cansarse nunca, que se realiza con el valor de los profetas.
Paolo Maino